Qué hacer si nos roban la tarjeta de crédito.

Con el permiso de Alberto Rivas voy a reproducir el siguiente texto de su web. Trata de su experiencia con el robo de los datos de una de sus tarjetas de crédito y de como reaccionó para solventar el problema.







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Es mi intención en este post contarles mi reciente experiencia/susto cuando me enteré de que alguien había hecho cargos en mi VISA por casi 1.500 €. Espero que le sea de utilidad a cualquiera que se pueda ver en una situación similar.

Hace un par de semanas, mientras estaba trabajando, me llegaron a mi móvil cuatro SMSs avisándome de la realización de compras con mi tarjeta VISA. En total, las cuatro compras sumaban 1.440 €. Lo primero que hice fue comprobar que tenía la tarjeta VISA conmigo. Una vez comprobado que no me habían robado la tarjeta me conecté a la página de mi banco, para ver los movimientos de la tarjeta. Comprobé que aunque los movimientos correspondientes a los avisos que me habían llegado por SMS no aparecían en el extracto online, sí aparecía el correspondiente importe como dispuesto. Esto es lo habitual, ya que al menos en las dos tarjetas que yo uso, el importe dispuesto se actualiza al instante pero los movimientos tardan al menos dos o tres días en aparecer.

Como era por la tarde y las oficinas de mi banco estaban cerradas, llamé al servicio de banca online y comenté lo que me había pasado. Me pasaron con el departamento de tarjetas donde me dijeron que tenía que poner la reclamación en una oficina, y me indicaron que lo único que ellos podían hacer de momento era cancelar la tarjeta para evitar nuevos cargos y emitir una nueva. Así que cancele mi tarjeta y tuve que esperar hasta el día siguiente.

Al día siguiente, el importe correspondiente a los movimientos seguía apareciendo en el extracto online pero no los movimientos concretos, por lo que fui a la oficina del banco a poner la correspondiente reclamación. El empleado del banco que me atendió lo primero que hizo fue comprobar los movimientos de mi tarjeta, me indicó que aparecían como pendientes y que tenía que esperar a que estuviesen confirmados para poner la reclamación. Se trata del proceso habitual en cualquier compra con tarjeta VISA: primero el cargo aparece en estado pendiente y cuando es procesado por el banco pasa a estar confirmado, momento en el cual se muestra en el extracto online. En cualquier caso, desde su ordenador sí que pudo acceder al detalle de los mismos, que me entregó. Aunque como me habían indicado previamente, tenía que esperar a la confirmación de los movimientos, me explicó que para realizar la reclamación era necesario acompañarla de la copia de la denuncia correspondiente en la Policía Nacional (supongo que también valdrá en la Guardia Civil).

En el extracto que me entregó el banco pude comprobar que los cuatro cargos de los que me había llegado aviso por SMS se habían realizado desde un conocido servicio de apuestas online. Además también observé que previo a esos cargos se había realizado un cargo menor (2,5 €), que al no superar el umbral de 60 € mínimo que establece mi banco no había sido notificado vía SMS, y que al parecer se hizo en una web de intermediación de pagos, entiendo que para validar el correcto funcionamiento de la tarjeta. Dicho cargo, que se había realizado a las doce de la mañana, había sido abonado posteriormente a las siete de la tarde, lo que confirmaba las sospechas.

Intenté ponerme en contacto con las dos empresas, pero sólo me pude comunicar con la de apuestas. Les comenté la situación y me indicaron que pasarían el aviso al departamento de fraude (imagino que este tipo de situaciones deben ser lo suficientemente habituales en esta empresa como para tener un departamento).

Con toda la información que había recopilado, sin esperar a que los movimientos apareciesen confirmados, me dirigí a la comisaría donde puse la correspondiente denuncia. Para mi la denuncia era un mero trámite que necesitaba para que mi banco me anulase los cargos de la tarjeta, pero no quiero dejar de comentar la sensación que uno tiene cuando sabe que está rellenando un papel que no va a ir a ningún lado, ya que a pesar de la buena atención que recibí por parte de la agente que tramitó la denuncia, no se iba a investigar por falta de medios y/o conocimientos.

Ese mismo día, a la hora de comer, me llaman del departamento de fraudes del servicio de apuestas, y me indican que alguien había creado una cuenta a mi nombre, había proporcionado los datos de mi tarjeta (número, fecha de caducidad y código CVC —tres dígitos que aparecen en la parte trasera de la tarjeta—) e incluso los datos correctos de mi domicilio. Dado que los datos de domicilio cuadraban con los de la tarjeta, habían aceptado la tarjeta y no tenían intención de retroceder los cargos.

Tres días después de haberse producido los cargos, una vez aparecieron en el extracto online, me dirigí de nuevo a la oficina con la copia de la denuncia que había interpuesto y el empleado del banco tramitó mi reclamación.

La historia llega a su fin, felizmente para mi, cuando cinco días después, al consultar el extracto online de la tarjeta, observo que los cargos aparecen como anulados y ya no contabilizan en el importe dispuesto. El único coste que este incidente ha tenido para mi, además de las correspondientes molestias, son los 3 € que me cobra mi banco por reemitirme la tarjeta (y ya veremos como queda esto).

Quería compartir con ustedes algunas reflexiones sobre este incidente. Por supuesto, para mí lo más importante es que mi banco ha resuelto el problema y ha anulado los cargos. Pero en cualquier caso, hay varios puntos que si se mejorasen, en mi opinión servirían para reducir este tipo de incidentes y su impacto:

  • Primero destacar la confianza que generan este tipo de medios de pago, ya que, al menos en mi caso, llevan acompañados los correspondientes mecanismos de protección para compensar al cliente ante una situación de este tipo. Personalmente siempre he preferido comprar con tarjeta de crédito antes que con tarjeta de débito, por el mero hecho de que en una situación como la que he descrito, el importe ni siquiera se ha llegado a descontar de mi cuenta ya que el cargo se ha anulado antes del cobro a mes vencido de los importes de mi tarjeta.
  • Los SMSs me llegaron de golpe y con retraso: pasaron casi cuatro horas desde el primer cargo y una hora desde el último. De haberme llegado el primer cargo en el momento de producirse, habría cancelado la tarjeta a tiempo de que no se produjese ningún cargo adicional (el siguiente fue media hora después). Me sorprendió este retraso porque hasta ahora, siempre que había utilizado la VISA de mi banco y el importe superaba el umbral de 60€, el mensaje SMS me había llegado prácticamente al instante. En cualquier caso dado que los bancos proporcionan este servicio como un mecanismo de prevención ante incidentes como el que les cuento, considero que el retraso producido ha tenido un impacto económico a quien tenga que hacerse cargo de los importes (no sé si es el banco, alguna empresa de seguros o la propia casa de apuestas). Esto pone de manifiesto lo importante que es la comunicación en tiempo real para gestionar incidencias y mitigar el impacto de las mismas.
  • Hace ya algunos meses que mi banco modificó el umbral mínimo de aviso, que antes estaba en 0,01 €. Entiendo que esto se haga para reducir costes y no enviar un SMS cada vez que se produce un movimiento en la tarjeta. Pero en este caso, y no sé si será un comportamiento general, habría sido todo más fácil y menos costoso si me hubiese llegado un aviso cuando se utilizó la primera vez la tarjeta con intención de validarla realizando un cargo de 2,5 €, eso sí siempre y cuando el mensaje hubiese llegado a tiempo. Si hubiese llegado con los otros cuatro no habría servido de nada.
  • Independientemente de la utilidad del envío de SMSs para prevenir el uso fraudulento, sería interesante también que en el extracto online del banco aparezcan todos los movimientos, no sólo los confirmados, sino también los que están pendientes.
  • De las dos tarjetas que tengo, ésta que es la que emite mi banco y la gasto muy poco, sólo para comprar alguna cosa por Internet cuando la divisa no es el euro (porque tiene un cambio favorable frente a mi otra tarjeta). Hasta el momento sólo la he gastado en sitios que yo entiendo que son de confianza, y la dirección de entrega que siempre he aportado ha sido la de la empresa en la que trabajo, ya que a las horas que llegan los paquetes es donde suelo estar. Así que me preocupa que alguien se haya hecho no sólo con los datos de mi tarjeta sino con los datos de mi domicilio.
  • En alguna ocasión, desde el emisor de la otra VISA que tengo, cuando he hecho alguna compra con un importe elevado por Internet, me han llamado por teléfono para comentarme la realización de dicha compra y confirmar si era correcta. Resulta llamativo que con la cantidad de dinero que mueven este tipo de fraudes, haya bancos como el mío, que no establezcan controles relativamente automatizados que puedan detectar patrones sospechosos. Considero que generar un aviso cuando se realizan cuatro transacciones de importe elevado en una casa de apuestas por parte de un cliente que nunca antes ha realizado anteriormente compras de este tipo, no debe ser tan complejo, y más si tenemos en cuenta que este tipo de sitios deben ser uno de los sitios habituales en que se realicen compras fraudulentas. Y no se trata sólo del dinero que ahorrarían, sino de la sensación de seguridad, la buena imagen que darían si avisan al cliente y detectan el fraude al momento de ocurrir.
  • Creo que los propios emisores de las tarjetas, VISA, MasterCard, American Express, etc. deberían poner a disposición de los bancos los medios necesarios para detectar este tipo de fraudes, e incluso posibilitar que el cliente prohíba la utilización de la tarjeta para compra en webs de determinado tipo (pornografía online, apuestas, etc.), tal y como por ejemplo se hace en telefonía con los números de tarificación especial 905 y similares.
  • Me resulta llamativo que haya empresas como la casa de apuestas online en la que se realizaron los cargos, que tienen un nivel de fraude suficiente como para tener un departamenteo adhoc, no utilicen mecanismos de pago más robustos. Hace ya tiempo que en algunas tiendas online, cuando se paga con una tarjeta emitida por un banco, se redirige a una página del propio banco donde se solicita una posición de la tarjeta de coordenadas. Son varios los sitios donde recuerdo haber comprado y haber tenido que consultar la tarjeta de coordenadas.
  • Para acabar, creo que los cuerpos de seguridad del estado deberían de contar con medios mayores para la persecución de este tipo de delitos ya que a priori, con pocas comprobaciones básicas (IP de origen por ejemplo), seguro que se podría resolver más de un caso. Seguro que no será tan sencillo perseguir a las mafias que realizan este tipo de delitos, pero probablemente sí a un empleado desleal que roba esta información y la usa.

Espero que todo esto les haya servido de ayuda, y por supuesto, no tener que acordarme de ella en el futuro.

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